Poco me importaron mis palabras cuando te vi. Poco me importó mi moral, mi pasado y mi presente. Es que cuando tus ojos se cruzaron con los míos, nada más me interesó. Es que detrás de esas pestañas se esconde el silencio, se esconde la razón, se esconde todo lo que alguna vez me atrajo.
Sobre tus ojos pesa toda una vida de ilusión. Un sinuoso camino que llamas vida, pero te prometo que la vida empieza con nosotros dos juntos.
A riesgo de equivocarme juego todas mis fichas. A riesgo de sonar pretencioso te deseo. Y a riesgo de perder todo, me arriesgo.
Todo tan redundante como el hecho de verte y enamorarme. Todo tan lógico como saludarte y sentir lo ilógico del amor. Todo tan simple, como el juego que jugamos, que alguna vez vivimos, y que vamos a unir en una sola senda, en un solo destino.
Tan evidente como amor adolescente. Tan simple como lo que me causas. Tan perfecto como aquel que lo sepa ver. Tal destino que voy a crear. Tal genialidad que ninguna estructura pueda resistir.
Como en una bossa, te voy a besar, te voy a acariciar. Como en una bossa te escribo y te abrazo. Como en una bossa, vas a bailar.
lunes, 27 de abril de 2009
miércoles, 22 de abril de 2009
La soledad es totalmente necesaria. Hay momentos en que uno solo necesita escucharse, lejos de todo ruido, todo eco. Pero esto puede ponernos en una situación complicada si tenemos algún tipo de compromiso y simplemente queremos estar solos.
Suelo ser del tipo de persona que de vez en cuando necesito separarme, relajarme y meditar. Sopesar todo tipo de decisiones, a veces cotidianas y otras veces únicas. Pero sobretodo necesito estar solo para encontrarme, para saber quién soy, porque a veces me pierdo en el torbellino rutinario de todos los días.
A la soledad hay que saber manejarla. Puede ser una amiga incondicional o un escoyo que debemos superar. Y poder superarla puede hacer de la persona el ser más estoico del planeta. Porque no es fácil superar el dolor que puede producir la soledad en exceso. Generalmente ésta nos vuelve egoístas, nos genera odio e incomprensión, y sobreponerse a semejantes sentimientos es complicado. ¿Cómo podemos querer y comprender al otro si solo lo vemos con nuestro cristal?
Y es tan difícil hoy día tener privacidad, que esto nos hace desear con mayor fuerza estar solos. Se alarga la adolescencia y es más complicado “sentar cabeza”. Por eso es tan importante tener nuestro espacio-tiempo, que nos ayude a estar equilibrados y en armonía con nosotros mismos. Estamos en contacto tan cercano, con tantos elementos a la vez, que resulta imposible diferenciarnos de estos y ser personal.
Hagamos que nuestras vidas sean nuestra, y no de los compromisos, de los elementos, de los demás. Y empecemos respetando al otro y a sus decisiones. Empecemos respetando la vida por sobre todo.
Suelo ser del tipo de persona que de vez en cuando necesito separarme, relajarme y meditar. Sopesar todo tipo de decisiones, a veces cotidianas y otras veces únicas. Pero sobretodo necesito estar solo para encontrarme, para saber quién soy, porque a veces me pierdo en el torbellino rutinario de todos los días.
A la soledad hay que saber manejarla. Puede ser una amiga incondicional o un escoyo que debemos superar. Y poder superarla puede hacer de la persona el ser más estoico del planeta. Porque no es fácil superar el dolor que puede producir la soledad en exceso. Generalmente ésta nos vuelve egoístas, nos genera odio e incomprensión, y sobreponerse a semejantes sentimientos es complicado. ¿Cómo podemos querer y comprender al otro si solo lo vemos con nuestro cristal?
Y es tan difícil hoy día tener privacidad, que esto nos hace desear con mayor fuerza estar solos. Se alarga la adolescencia y es más complicado “sentar cabeza”. Por eso es tan importante tener nuestro espacio-tiempo, que nos ayude a estar equilibrados y en armonía con nosotros mismos. Estamos en contacto tan cercano, con tantos elementos a la vez, que resulta imposible diferenciarnos de estos y ser personal.
Hagamos que nuestras vidas sean nuestra, y no de los compromisos, de los elementos, de los demás. Y empecemos respetando al otro y a sus decisiones. Empecemos respetando la vida por sobre todo.
jueves, 26 de marzo de 2009
Estaba devastado.
En solo 15 minutos de fuego enemigo había perdido a tres de sus amigos, los últimos compañeros de entrenamiento. Y no solo pensaba en ellos.
Desde el comienzo de la guerra cargaba con el peso de la muerte de los enemigos caídos en manos de sus disparos. Se preguntaba constantemente: ¿Soy un asesino?.
Por más que intentaba no podía comprender como un humano viviendo en sociedad, consideraba que un asesinato era el peor delito, pero en la guerra éste tenía un fin justificado. Atribuía esto a que el hombre poseía una razón subjetiva y que la única verdad se encontraba en la naturaleza, lejos de todo elemento humano.
Aunque su país había ganado la guerra, había perdido miles de vidas, y sobre todo, no sabía que hacer con los soldados, ahora llamados héroes, que nunca podrían superar tal autodestrucción humana.
En el colectivo de vuelta a su pueblo cabilaba sobre dichos aspectos, y esperaba de alguna manera, encontrar su vida como la había dejado tres años atrás.
Pero nada de eso estaba. Solo la promisoria ilusión de poder vivir en paz.
Estaba devastado.
15 años había pasado desde su vuelta al pueblo.
Sin embargo, otra vez lo acosaba ese sueño, en el que socorría a su amigo, destrozado por una ráfaga de metralla. Sus ultimas palabras resonaban tan claras en sus oídos: - Mami, papi...
Pero ya nada podía hacer, junto con sus tres amigos, él también había perdido la vida.
En solo 15 minutos de fuego enemigo había perdido a tres de sus amigos, los últimos compañeros de entrenamiento. Y no solo pensaba en ellos.
Desde el comienzo de la guerra cargaba con el peso de la muerte de los enemigos caídos en manos de sus disparos. Se preguntaba constantemente: ¿Soy un asesino?.
Por más que intentaba no podía comprender como un humano viviendo en sociedad, consideraba que un asesinato era el peor delito, pero en la guerra éste tenía un fin justificado. Atribuía esto a que el hombre poseía una razón subjetiva y que la única verdad se encontraba en la naturaleza, lejos de todo elemento humano.
Aunque su país había ganado la guerra, había perdido miles de vidas, y sobre todo, no sabía que hacer con los soldados, ahora llamados héroes, que nunca podrían superar tal autodestrucción humana.
En el colectivo de vuelta a su pueblo cabilaba sobre dichos aspectos, y esperaba de alguna manera, encontrar su vida como la había dejado tres años atrás.
Pero nada de eso estaba. Solo la promisoria ilusión de poder vivir en paz.
Estaba devastado.
15 años había pasado desde su vuelta al pueblo.
Sin embargo, otra vez lo acosaba ese sueño, en el que socorría a su amigo, destrozado por una ráfaga de metralla. Sus ultimas palabras resonaban tan claras en sus oídos: - Mami, papi...
Pero ya nada podía hacer, junto con sus tres amigos, él también había perdido la vida.
viernes, 13 de marzo de 2009
Crisis
"No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar 'superado'.
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla."
Albert Einstein
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla."
Albert Einstein
jueves, 29 de enero de 2009
Más loco que un alfiler
Encerrado tras, como suele suceder en estas historias, muros invisibles. Sus sueños se encontraban archivados, mezclados y empolvados por el paso del tiempo.
Poco a poco el gris lo iba consumiendo.
Recuerdo que era analítico y observador. Desde chico se podía ver, como a cada pequeño suceso le exprimía el jugo de la meditación.
Pero los reveses de la vida lo habían cambiado. Los sacudones hicieron que, despacio, fuera construyendo bases. Bases sobre las cuales se construiría su propia cárcel.
Es así de magro el culturalismo que sufría. Y es normal, claro que sí.
Lo que no era normal, era verlo encerrado, sin rumbo. Atrapado entre su insistencia enfermiza de analizar, y su instinto de supervivencia en un mundo que no permite varias acepciones para una sola pregunta.
Hasta el día en que se encontró un alfiler.
Recuerdo la emoción de su voz, esa calurosa noche que me llamó. Estaba acostado en mi cama, mirando un capitulo de "Lost", cuando comienza a sonar mi celular.
- ¡Lolo!, ¡no sabes lo que me pasó! Estaba caminando a mi casa, recién, y me encontré un alfiler!
- ¿¡Y eso que tiene que ver boludo!?
- Bobo ¿no te acordás que te conté el viernes?
- Imposible, me conoces desde hace bastante!
- Si, ya se que sos un colgado. Bueno ¿te acordás que estaba buscando desde hace un tiempo, una idea para mi libro?
- Ah, sisi
- Bueno, ya está, desde que me encontré ese alfiler estoy escribiendo sin parar. ¡Ya llevo cuarenta páginas!
- Pero no entiendo, ¿estas escribiendo sobre un alfiler?
- ¡No paja! No sabia como continuar, y me sentía encerrado como en una burbuja, ¡y voila! ¿Que mejor manera de salir de una burbuja que pinchándola?
Así era él, ¡cada salida tenía!
Poco a poco el gris lo iba consumiendo.
Recuerdo que era analítico y observador. Desde chico se podía ver, como a cada pequeño suceso le exprimía el jugo de la meditación.
Pero los reveses de la vida lo habían cambiado. Los sacudones hicieron que, despacio, fuera construyendo bases. Bases sobre las cuales se construiría su propia cárcel.
Es así de magro el culturalismo que sufría. Y es normal, claro que sí.
Lo que no era normal, era verlo encerrado, sin rumbo. Atrapado entre su insistencia enfermiza de analizar, y su instinto de supervivencia en un mundo que no permite varias acepciones para una sola pregunta.
Hasta el día en que se encontró un alfiler.
Recuerdo la emoción de su voz, esa calurosa noche que me llamó. Estaba acostado en mi cama, mirando un capitulo de "Lost", cuando comienza a sonar mi celular.
- ¡Lolo!, ¡no sabes lo que me pasó! Estaba caminando a mi casa, recién, y me encontré un alfiler!
- ¿¡Y eso que tiene que ver boludo!?
- Bobo ¿no te acordás que te conté el viernes?
- Imposible, me conoces desde hace bastante!
- Si, ya se que sos un colgado. Bueno ¿te acordás que estaba buscando desde hace un tiempo, una idea para mi libro?
- Ah, sisi
- Bueno, ya está, desde que me encontré ese alfiler estoy escribiendo sin parar. ¡Ya llevo cuarenta páginas!
- Pero no entiendo, ¿estas escribiendo sobre un alfiler?
- ¡No paja! No sabia como continuar, y me sentía encerrado como en una burbuja, ¡y voila! ¿Que mejor manera de salir de una burbuja que pinchándola?
Así era él, ¡cada salida tenía!
sábado, 24 de enero de 2009
As long as there's a bed beneath the stars that shine
Que casualidad.
Extraña casualidad.
Aunque en Quanto, la casualidad no existía, porque la perfección era ley. Y ley natural.
Este país, era un reloj Suizo. Solo de vez en cuando, cada muchos años, la perfección se veía interrumpida. Un principe, de entre cinco hermanos, nacía con una mancha, signo de maldad. Hecho que constituía delito natural, y que merecía pena capital, haciendo de este país, otra vez, un lugar perfecto.
Pero como siempre, en toda fabula, esta era la excepción:
Quanto, se encontraba revolucionada por el cercano nacimiento del 5 varón, hijo de los reyes del país. Acorde a años de repetitiva historia, debería nacer el marcado por la bestia. Blanco de todo el odio del país.
Y así fue, como marcaba la historia, que el 15 de junio, nació.
Pero para sorpresa de cada habitante de Quanto, no tenía marca alguna.
Era perfecto. Como sus cuatro hermanos. Y como todos los habitantes. Pero la diferencia se encontraba en que su marca sería cambiar el destino del país. Romper la perfección y dotar a cada habitante de vida...
Así fue, como una vez mas, la vida fue vida. Y la imperfección hizo de esta, un oasis de perfección.
Extraña casualidad.
Aunque en Quanto, la casualidad no existía, porque la perfección era ley. Y ley natural.
Este país, era un reloj Suizo. Solo de vez en cuando, cada muchos años, la perfección se veía interrumpida. Un principe, de entre cinco hermanos, nacía con una mancha, signo de maldad. Hecho que constituía delito natural, y que merecía pena capital, haciendo de este país, otra vez, un lugar perfecto.
Pero como siempre, en toda fabula, esta era la excepción:
Quanto, se encontraba revolucionada por el cercano nacimiento del 5 varón, hijo de los reyes del país. Acorde a años de repetitiva historia, debería nacer el marcado por la bestia. Blanco de todo el odio del país.
Y así fue, como marcaba la historia, que el 15 de junio, nació.
Pero para sorpresa de cada habitante de Quanto, no tenía marca alguna.
Era perfecto. Como sus cuatro hermanos. Y como todos los habitantes. Pero la diferencia se encontraba en que su marca sería cambiar el destino del país. Romper la perfección y dotar a cada habitante de vida...
Así fue, como una vez mas, la vida fue vida. Y la imperfección hizo de esta, un oasis de perfección.
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