jueves, 20 de mayo de 2010

Y todo lo que traes, es todo.


Era una destemplada tarde de mayo. Una más en la bolsa de acciones de mis sentimientos. Hacía tiempo que una fría estabilidad se había apoderado de mi corazón. Una gran coraza que esgrimía sus garras ante cualquier señal de peligro.
Todo mi cuerpo se sentía parte de la nada, pero en ese momento sólo era consciente de que estaba un poco fuera de mi senda.
Tranquilamente seguía a mis pasos, mientras conversaba con un amigo de cosas triviales, cosas de la vida actual. Mi sosegado andar me llevaba a mi destino, tan pacífico que obviamente no preveía lo que en momentos iba a pasar.
A mí alrededor, en ese instante, todo era normal, pero ahora, rememorando, me doy cuenta que el viento había cambiado su dirección, los pájaros habían dejado sus cantos para dar lugar a otro igual de hermoso: el silbido que aquel producía al filtrarse por las rendijas de las ventanas.
Recordando, me doy cuenta que era un momento magnifico, perfecto como la vida misma. Era uno más dentro de un todo más grande que el universo, unido por pequeños y frágiles hilos. Las energías fluían a través de mí y la armonía transmitida por las circunstancias abrazaba mi alma.
Quedará en la imaginación de quién lea, que fue lo que paso en esa oportunidad, ya que carezco de palabras que puedan describir los sucesos subsiguientes a mi caminata. Sólo puedo decirles que hoy, días después, me encuentro envuelto por esa misma armonía y esa energía sigue circulando dentro y fuera de mi ser. Alegre de poder tomar consciencia de lo que generalmente se es inconsciente. Y uso todas mis herramientas, todo lo que tengo a mi alcance, para no dejar que mi humana volatilidad y efímero pasar arruinen este sueño; utilizando mi cuerpo para generar más energía positiva, para ver esa sonrisa nuevamente, para que tus ojos brillen nuevamente, tu alma baile, tu corazón palpite desbocado por cada segundo de vida vivida, honrando a todo pasado, todo presente y todo futuro; creando un nuevo significado para todo lo ya creado.

lunes, 3 de mayo de 2010

Verdades sobre la verdad

• No hay una verdad absoluta, pero todos la buscamos.
• Existen muchas verdades por eso la verdad no existe.
• La verdad puede doler.
• Nada y todo pueden ser lo mismo.
• Los deseos son sueños, los sueños realidades, es probable entonces que las realidades sean ficticias.
• Nadie muere, el cuerpo es energía y ésta no se pierde, se transforma.
• Es verdad que no podemos estar seguros de nada, entonces la verdad no existe.
• Si la verdad no existe, este texto tampoco.
• Si este texto no existe, tampoco lo hago yo.
• Si yo soy ficción, la verdad también lo es, por ende, no existe.
• NADA EXISTE, esa es mi verdad.