viernes, 16 de mayo de 2008

Tic Tac Click

-Hola- Me dice.
Levanto la vista, sobresaltado
-Así que me llamaste...Sabes que el tiempo no me sobra, que la tristeza abunda en el mundo y no tengo tiempo para las personas que solo quieren atención- Receloso en su mirada.
-Yo no lo llame, hoy prefiero la soledad. Que el dolor de ser el afortunado que obtuvo lo que no pidió hable por mi, no quiere decir que conscientemente lo llame-
-¿Y entonces porque estoy acá?- Pregunta sorprendido.
-No se, tal vez el destino quiera mostrarme que el fondo no solo sirve para quedarse tirado, sino para apoyarse y saltar; la verdad no se, estoy conjeturando, tenía sed y en el mar de posibilidades me ahogue-
Entre el silencio vacío de la calle tiro:
-No te pido una balsa, ni la solución, porque no me debes nada, pero estas acá, irónicamente sabes mas de la vida que de la muerte, que algunas decisiones no tienen vuelta atrás, y las repercusiones de cada movimiento que hacemos- Arriesgo un poco mas repuesto, mirando a sus ojos blancos.
-Sí, es verdad, aunque te equivocas en un punto, te debo algo, me hiciste salir de la rutina, y te voy a devolver el favor con unas simples palabras, vacías de contenido, pero claves para vos: Descarga el dolor con el don que posees, las lágrimas; pedí ayuda a quién te dé el hombro; abraza esa compañía muda de símbolos pero no de sentimientos; volvé por donde viniste y no busques entendimiento o simplicidad, abrí tus sentimientos tanto para dar como para recibir; y sobre todo, tené en cuenta que la felicidad no proviene de afuera, proviene de adentro, de lo que nos hace bien, de la pureza de una sonrisa, de la paz de un corazón hermano, de los ojos y la ventana al alma y compartí tu alegría, que hoy no es tú día M-

Así sin mas desapareció, rompiendo el mito de la capa, de la risa maldita. Desde ese día aprendí que la muerte solo es una consecuencia de nuestros actos, que todo vuelve, y que lo que se aprende se debe traspasar, porque uno olvida, o deja enmohecer lo que a otro puede salvar.
Ese fue mi día D. El día que supe que la sonrisa es lo mas divino que poseemos los humanos.
Y de ahí en adelante, el objetivo de donar felicidad, y obtenerla como pago.

Mas allá de ser un día cualquiera, es el día en el que agradezco a mi ángel guardián que me guía, y a la Muerte que me ayudo a encontrarlo.

=)

miércoles, 14 de mayo de 2008

La pupila

Agazapado en la oscuridad, contra la húmeda pared del edificio del inconsciente. Lleva sobretodo marrón, sombrero de alas y un grito desgarrador guardado en la garganta. Sabe que su presa olvidó el pasado facilmente, y que la lección acumula polvo en la estantería. Conoce donde atacar, donde morder, donde rasgar, pero espera...El momento justo esta a doblar la esquina. Abrazado a sus rodillas se confunde con las sombras, y con un pordiosero mas, pero el poder reside en cada gota de respiración, en cada ansiedad contenida. Lo embriaga el hecho de sentirse oculto hasta de sus ojos y ríe por lo bajo...lentamente...como si el tiempo se podría frenar con solo parar la aguja. Llego el momento, aunque el reloj no lo indique, sabe que tiene que atacar, que puede ser deborado por esa mística arritmia que invade su pecho si no deja fluir la adrenalina. Es el dios del todo para nada, y de la nada para todo. Un inservible pañuelito de vida, que se alimenta del calor del alma. Empieza a caminar, siguiendo un impulso, hacia el desierto. Deseando entender la longitud de la vida bordeada por el cielo y el abismo. Ante su palma, un inmenso mar en su corazón, que encogido por ruidos de lata fue perdiendo el latir cotidiano y hoy pide simplemente oxigeno, quiere el sístole y el diástole, inundado por las drogas mas puras, esas que genera el sentir. Sabe donde picar, conoce al dealer y conoce las consecuencias. Pero lo que no sabe es que las heridas no dejan huellas eternas, que la mente no es una maquina por siempre fiel. Nada mejor que dejar pasar para poder seguir, nada mejor que la sonrisa, que el sol de otoño, el cielo de invierno, el mar de verano y el olor de primavera. Nada mejor que el futuro para poder ilusionar y no la misma ilusión creada por el deseo insatisfecho. Y sobre todo, nada mejor que el poder respirar, sentir, hablar, besar, acariciar, ser acariciado, dar, recibir, correr, reír, llorar, miras las nubes volar, ver reír, abrazar, entender, ser entendido; simplemente, compartir el alma y poder ser parte de el gran TODO.