domingo, 7 de noviembre de 2010

Volutas

No existes más que en mi imaginación se dijo. Mounstro de media cabeza, con garras de espinas. Vete de aquí, que nada vas a ganar aunque nada tengas por perder.
Desearía que mi luz te ilumine, dijo ahora mientras pensaba, solamente para que puedas volver a tu camino.
Acarició su almohada esperando encontrar en esa suavidad un escudo.
Tomó de la mesa de luz el encendedor, abrió la cigarrera, encendió un cigarrillo y se dijo, después de todo, con diez años demasiado me la banco.

Polvo de estrellas

De la nada y un poco de polvo.
Entre tanto y tanto, voy girando.
Como particula descubierta por el sol.
Inepto como pocos, genio sin neuronas.
No supo saber que el astro no deja marca.
Sólo intentó cruzar el mar.
Verdugo de su propio deseo.
Truncado de anhelos mundanos.
Brillando por efecto espejo.
Viajando para quemar.
Quemando para vivir.
Viviendo para morir.
Mueriendo para nacer.
Naciendo para rodar.
Rodando la vida por puro arte.
Escultor de palabras.
Megalómano de la verdad.
Caminando solo pido.
Tener como todos.
Simplemente un viaje más, entre viajes iajes ajes jes es s.

viernes, 1 de octubre de 2010

Una hora ahora

Necesitaría una hora más para leer.
Una hora más para escribir.
Una más para hablar con la gente.
Otra para poder ver a la gente.

Necesitaría sesenta minutos para correr cuarenta.
Sesenta minutos para escuchar música.
Sesenta más para aprender música.
Otros tantos para desperdiciar.

Necesitaría una vida más para vivir lo que no vivo.
Y otra para besarte.
Necesitaría tu vida para poder amarte.

lunes, 9 de agosto de 2010

Universo

¡Universo! Vivimos en él, bailamos con él. Sobre él construimos nuestras vidas, nuestros futuros, nuestros anhelos. Todo deseo está dentro suyo y cualquier consecuencia es directa, por eso lo cuidamos, por eso lo queremos.
Encontramos en cada centímetro su energía, su amor y eso nos ayuda a seguir. Y no sólo a seguir, sino a querer más lo que tenemos, a crecer, expandirnos.
Nuestro corazón se une en un simple latido, sístole y diástole; día y noche; minutos, horas, meses; todo puede pasar mientras nosotros giramos acompasadamente. Bailando ese hermoso vals.
Esperamos que todo salga de acuerdo a lo planeado, pero te digo una cosa, yo no quiero olvidarme que mi plan se cumple, y son momentos como este en el que no me olvido, en que mi memoria persiste; y me resisto a que el tiempo pase, porque el tiempo quiere robarme mi memoria.
Por suerte hay momentos en que el tiempo se detiene. Palabras como espacio, tristeza y dolor simplemente desaparecen, y es ahí, en ese preciso instante en que somos universo.

jueves, 24 de junio de 2010

Preludio

"Por los ríos, por los mares
Por los picos y los valles
Por las venas de tu alma
Por el Santo que da calma
Por tu boca que lástima
Por tu mente, que imagina
Las palabras que estás viendo
Las que se van escribiendo..."



Una luz me ilumina, una energía que cimentó en mi alma.
Hoy el sol brilla más que nunca. Y vuelo alto, allá, bailando con aquellas nubes. Tu sonrisa tiene más valor, y más calor. Cada melodía me transpasa extendiendo mi ser, ramificandolo, volatilizandolo.
Creando un mejor ayer para mañana.
Me balanceo en la vida sin preocupaciones. Vestido unicamente con mi yo interior. Arrebolado por esta desnudez, pero feliz de ser un espejo de mi mismo. Distinto e individual.
Sólo lamento decirles que ya no les pertenezco, que nada más pertenezco al camino que mi corazón quiera andar y desandar.
Abrazos, mis gracias y una reverencia a su salid, les deseo todo y más!

miércoles, 16 de junio de 2010

Otro pasajero soportando

Siento el olor, la presión de las voces son tan filosas como una catana. Veo las caras y una voz dentro mío grita NO! No quiero ser así, terminar así. Esconder detrás de una mascaras mis miedos, mis sentimientos. No me importa consumirme pero no quiero ser producto de consumo. Tengo la necesidad de sentir la vida pasando a través de mí. Ver a los ojos y no solo ver unos ojos. Dejarme llevar por las fuerzas. Quiero sentir todo como te siento a vos.
Observo mi pasado y al cotejarlo con mis deseos no encuentro encuentro entre ellos. Es por eso que me pesa tanto continuar con todo eso a cuesta. Y quiero dejarlo al menos a un costado para poder seguir y me encuentro que la mochila sigue aferrada a mi espalda.
Son esos mis mayores momentos de desesperación, porque mi espalda sigue sumando más pasado, pasado inconexo con espíritu.
Empiezo a aborrecer a todos. A las palabras costumbristas. Al vacio del corazón. A la falta de apego con la vida.
Me enferman los miedos estúpidos, la indecisión y la duda.
Pero espero, si bien aumentando aquel peso, espero. Sentado en el cordón, dibujando en la tierra con un palo, mirando la gente pasar, espero. Espero ese momento en que la vida se abra, pueda enderezarme, decir gracias y adiós.

jueves, 20 de mayo de 2010

Y todo lo que traes, es todo.


Era una destemplada tarde de mayo. Una más en la bolsa de acciones de mis sentimientos. Hacía tiempo que una fría estabilidad se había apoderado de mi corazón. Una gran coraza que esgrimía sus garras ante cualquier señal de peligro.
Todo mi cuerpo se sentía parte de la nada, pero en ese momento sólo era consciente de que estaba un poco fuera de mi senda.
Tranquilamente seguía a mis pasos, mientras conversaba con un amigo de cosas triviales, cosas de la vida actual. Mi sosegado andar me llevaba a mi destino, tan pacífico que obviamente no preveía lo que en momentos iba a pasar.
A mí alrededor, en ese instante, todo era normal, pero ahora, rememorando, me doy cuenta que el viento había cambiado su dirección, los pájaros habían dejado sus cantos para dar lugar a otro igual de hermoso: el silbido que aquel producía al filtrarse por las rendijas de las ventanas.
Recordando, me doy cuenta que era un momento magnifico, perfecto como la vida misma. Era uno más dentro de un todo más grande que el universo, unido por pequeños y frágiles hilos. Las energías fluían a través de mí y la armonía transmitida por las circunstancias abrazaba mi alma.
Quedará en la imaginación de quién lea, que fue lo que paso en esa oportunidad, ya que carezco de palabras que puedan describir los sucesos subsiguientes a mi caminata. Sólo puedo decirles que hoy, días después, me encuentro envuelto por esa misma armonía y esa energía sigue circulando dentro y fuera de mi ser. Alegre de poder tomar consciencia de lo que generalmente se es inconsciente. Y uso todas mis herramientas, todo lo que tengo a mi alcance, para no dejar que mi humana volatilidad y efímero pasar arruinen este sueño; utilizando mi cuerpo para generar más energía positiva, para ver esa sonrisa nuevamente, para que tus ojos brillen nuevamente, tu alma baile, tu corazón palpite desbocado por cada segundo de vida vivida, honrando a todo pasado, todo presente y todo futuro; creando un nuevo significado para todo lo ya creado.

lunes, 3 de mayo de 2010

Verdades sobre la verdad

• No hay una verdad absoluta, pero todos la buscamos.
• Existen muchas verdades por eso la verdad no existe.
• La verdad puede doler.
• Nada y todo pueden ser lo mismo.
• Los deseos son sueños, los sueños realidades, es probable entonces que las realidades sean ficticias.
• Nadie muere, el cuerpo es energía y ésta no se pierde, se transforma.
• Es verdad que no podemos estar seguros de nada, entonces la verdad no existe.
• Si la verdad no existe, este texto tampoco.
• Si este texto no existe, tampoco lo hago yo.
• Si yo soy ficción, la verdad también lo es, por ende, no existe.
• NADA EXISTE, esa es mi verdad.

viernes, 30 de abril de 2010

Soñarás la huella que se fue

Despierto sólo y ese deseo sigue corriendo por mis venas. Rastros de miles de noches anteriores. Quiero recorrerte, conocerte más, conectarme plenamente con vos, como otras veces ha sucedido. Es tu magia la que necesito para seguir, sin eso soy únicamente un cuerpo más.
Espero.
Con la pasividad de un anciano el cielo se va despejando, y a lo lejos empiezo a divisar el horizonte. Hacia donde no llegan mis ojos lo hace mi alma. Guiado por ésta transito los huecos de la humanidad, intentando amenizar los pecados de las herramientas humanas.
Me encuentro con los muchos ciclos, transitando tal vez una ruta que no recorrí, pero que alguien me silbó. Vengo del ayer, pero no soy ayer. Me oriento gracias al pasado pero no voy hacía allí. Sólo camino sobre esa energía, tan modificada, tan olvidada.
Una pequeña sombra tuerce el camino por sólo capricho. Y la luna y el sol divagan sobre las cuestiones que le competen. Escuchándolos podría afirmar que la luna está en lo correcto, pero el sol brilla tanto, trasmite tanto, que mi cuerpo muere calcinado.
Y allí todo: dos sabios, un ingenuo, el gris que tanto enciende y apaga y un capricho que parece crecer a su propio capricho. Dejo de ver para poder ir más allá, los saludo y emprendo el regreso. Hasta mañana sol, hasta mañana luna, hasta mañana capricho y hasta mañana gris.

lunes, 26 de abril de 2010

De la nada un poco

Hermano mío, te hablo a vos, que por sobre todos tus errores (verdades propias) has sabido prestarme un hombro, un oído.
Hermana mía, te hablo a vos, que tal vez no me has comprendido pero me has mirado con ese calor en tus ojos.
Amigos míos, les hablo a ustedes que me prestaron vida más allá de mis equívocos.
Familia mía, les hablo a ustedes, que son mi sangre, mi educación y mi sentir, a ustedes que son la fuerza diaria para seguir.
Tierra mía, te pido perdón a vos y a quien pisa tu suelo, sólo espero que algún día mi cuerpo te sirva de tonto consuelo.

miércoles, 14 de abril de 2010

Sinfonía agridulce

En este momento debo levantar nuevamente un escudo. La borrasca es implacable y yo aquí sólo en mi cueva. El ciclón recién comienza pero el cielo tiene ya un color desalentador, y parece que la tormenta será implacable.
Debo permanecer fuerte y atento, por aquellos a quienes tanto quiero. Debo disipar toda duda y actuar con precisión y celeridad. ¿Pero cómo hacerlo cuando mis energías no tienen ya el fervor de antes? ¿A qué dios debo invocar para emprender este viaje?
En perspectiva lo que más me indigna es haber sabido que es una zona de baja presión y no haber clavado tablas en puertas y ventanas, para estar preparado. No haber hecho lo suficiente para mermar la potencial peligrosidad del clima. Pero es tarde ya para reclamar a Poseidón un poco de piedad.
Sólo puedo ser yo mismo mi propio escudo y el de los demás. Tomar un rol que probablemente no me corresponde pero que siento como mi destino, mi papel.
Me pondré de pie y sonreiré, ya que aunque suene trillado, al mal tiempo, buena cara.

martes, 13 de abril de 2010

Desganas

"Si cuarenta mil niños sucumben diariamente en el purgatorio del hambre y la sed. Si la tortura de los pobres cuerpos envilece una a una a las almas; y si el poder se ufana de sus cuarentenas, o si los pobres de solemnidad son cada vez menos solemnes y más pobres. Ya es bastante grave que un solo hombre o una sola mujer contemplen distraídos el horizonte neutro.

Pero en cambio es atroz, sensillamente atroz, si es la humanidad la que se encoge de hombros."

Mario Benedetti.

lunes, 29 de marzo de 2010

Buscando un mudo que pueda escucharte

No puedo salir del asombro que me embarga. Es que si algo nunca dejó de sorprenderme es esa ambigua forma de pensar que tenes. La que te dio tanto la posibilidad de envilecerme o enaltecerme. ¿No consideraste tal vez que el infierno no siempre está donde crees, o donde lo ves? ¿No te diste cuenta acaso, en todos estos años, que una certeza puede desaparecer con la misma facilidad que un recuerdo de tu memoria?
Parece simplemente que la vida no te enseña, sólo vos te condenas a tener la razón. Como si esto lo hubieras aprendido de mi mismo. Aunque ahora entiendo, lo más probable es que así haya sido.
Pero debo entender que ya no me corresponde, que no es mi jurisdicción, porque tu ser hace rato se separó del mio.

jueves, 25 de marzo de 2010

Las escamas de mi dulce corazón

Es una triste novela, una burla del destino, pero nada más que la verdad. Es una historia sin final feliz, sin trama. Sólo otro soso y normal cuento. El protagonista una persona común y corriente.
Todo empieza con un error, su error. Se siente arrepentido pero sabe que con eso no basta. Su equivocación fue ya conmutada para dejar paso sólo al castigo interno. El tiempo va borrando los recuerdos de los hechos pero la herida permanece abierta como si fuera reciente.
Siempre albergó una mínima esperanza: que no fuera una simple persona más. Pero hoy siente imposible que esa sea la verdad.
Como suele pasar en la vida, se arrepintió tarde y dejo su futuro en manos del destino.
Cree que, por ser su traspié, tampoco tiene derecho a cambiar la suerte que hoy corre, y así al menos, redimir un poco su desliz dejando en mano del destino su propio camino.
Sabía de su culpa pero peor fue el escucharlo de otra voz que no sea la de su conciencia. Y ya no hay atenuantes ni culpables que puedan hacerlo sentir nuevamente aquel caminante de la buena senda. Desde ahora transitará la senda de los ignorados.
Es por todo eso que la pena verdaderamente nunca fue conmutada, sino todo lo contrario: el indulgente y benévolo juez dio paso al crítico más déspota, ese que nunca supo indultar, ese quién jugo a sentenciar para cumplir simplemente un papel. Papel en una obra de cuarta, donde éste protagonista también sabe actuar, y jugar a que es sólo una triste y común alma más.

lunes, 22 de febrero de 2010

El rey de la triste felicidad

Esperaba más que el vacio, esperaba la nada. Sus errores eran ya moneda corriente y no quería más ese peso muerto en sus hombros.
Su camino estaba lejos de ser intransitable. Y cargaba con el hecho de ser consciente de eso.
Se encontraba en su eje sólo por momentos, cuando la vida aparecía ante sus ojos. En esos lapsos su verdad se extendía inalcanzable, el tiempo se doblaba y su corazón se inundaba.
Sabía en el fondo que sólo él era la barrera que contenía tal cumulo de sensaciones. Las apresaba e inutilizaba. En ese momento los sentidos servían nada más que para recordar otros tiempos, en donde la diversión era simplemente vivir.
Aquella época en que los miedos eran efímeros. Tanto así como los ratos de tristeza.
De cuando en cuando un fantasma, fiel intruso, se inmiscuía en sus planes, arruinándolos.
Pero el precio de un partido perdido era tan simple como la moneda de menor valor.
Sentía que para mucho de su rutina, el fin estaba al doblar la esquina. Y sobre todo entendía que el pasado era constante, el presente esquivo y el futuro imposible.
No podía negar que no hay mayor culpable que aquel que quiere serlo. Y ese era un grupo al cual no quería pertenecer. Pero por más que intentaba, el presente seguía igual de impenetrable y probablemente el futuro seguiría igual de improbable.
Quería llevarla lejos y ahí llenar su ocaso, reencontrarse en la senda y destruir aquellos fantasmas. Quería correr, sentir el viento en su cara y ningún otro sonido más que el de la velocidad.
Posiblemente sí se trataba de cumplir deseos, hasta el más benévolo de los genios fracasaría en cumplirlo. Su Dios no jugaba con dados pero si ajedrez, y era este pobre imbécil quien hacía las veces de peón. Conocía los movimientos de la reina, de los alfiles, hasta la de los caballos, pero no podía lograrlos. Era esclavo de su propio ser.
Un pobre lacayo de las debilidades más mundanas. Preso de una maquinaria opresora.
Pero como verán, entre tantas excusas se esconden sólo verdades. De que su estupidez era esclava de su desconfianza. Su falta de voluntad de los miedos. Y su felicidad de su tristeza.
Y no existe tal estado de consciencia que puede romper esas cadenas y liberar al inservible de su servidumbre.
Lamentablemente, en este mundo, si no te apresuras a romper los límites, probablemente termines siendo un convencido solitario.

jueves, 21 de enero de 2010

Y que más

Dijo algún filósofo: “No juzguéis o seréis juzgado. Es lo que intenté y logré hacer. Pero hoy, y en retrospectiva, debo decir que lo mejor hubiera sido escuchar a ese juez interior. Lo más triste no es la historia en sí, sino el hecho de asumir tamaña ilusión, truncada en su dura base de quebracho. Destruir esos abrazos y mimos que nunca serán dados. Dejar huérfano a estas miradas, estos besos que merecen el destino de un mejor camino.
Es aún más complicado juzgarte hoy, que te conozco menos que antes de conocerte. Terrible es para mí entender que fui ese ciego, el que no quiere ver.
Dijo también aquél filósofo: “Pon siempre la otra mejilla”, y que difícil es para mí cumplirlo si mis mejillas están hoy en tus labios y tus besos fueron mi última semilla.
Sólo espero, mi desesperada amada, que el camino puedas retomar y dejes de ser aquella a quién ya dejé de reclamar.

domingo, 17 de enero de 2010

Un susurro nada especial

Se encontraba otra vez sentado frente al monitor. Las ideas no llegaban. Parecía que su inspiración se había transformado en un ente, que sólo aparecía en fugaces momentos. Y en esos lapsos nada en limpio podía sacar.
Su frustración venía en aumento y su felicidad parecía un triste degrade. Sin embargo no era la inspiración su principal problema.
Estaba atrapado entre muros que clamaban por su presencia y reclamaban su participación.
Desde un principio supo que en ese juego nadie ganaba, y fue en ese momento que descubrió que la ruta de escape, o mejor dicho su escudo ante este juego, era la escritura.
De chico su escapismo era, como la normalidad de todo niño lo indica, la imaginación. Tomaba cualquier elemento y lo convertía en una historia. Podía así estar horas y desaparecer de la realidad que le tocaba vivir.
Sabía que en algún momento el escudo podría fallar, pero no esperaba que sea en ese momento, cuando más lo necesitaba. Y como él, todos sabemos que el destino es a la vida lo que la fe es a la religión.
Sin más caminos, maniatado por su reciente fatalidad, sin disponer de otra mejilla, cerró su PC, dejó su té a medio tomar y salió a la vereda. Su inspiración había vuelto: acababa de descubrir que no hay mejor escudo que la pura desnudez.