miércoles, 16 de junio de 2010

Otro pasajero soportando

Siento el olor, la presión de las voces son tan filosas como una catana. Veo las caras y una voz dentro mío grita NO! No quiero ser así, terminar así. Esconder detrás de una mascaras mis miedos, mis sentimientos. No me importa consumirme pero no quiero ser producto de consumo. Tengo la necesidad de sentir la vida pasando a través de mí. Ver a los ojos y no solo ver unos ojos. Dejarme llevar por las fuerzas. Quiero sentir todo como te siento a vos.
Observo mi pasado y al cotejarlo con mis deseos no encuentro encuentro entre ellos. Es por eso que me pesa tanto continuar con todo eso a cuesta. Y quiero dejarlo al menos a un costado para poder seguir y me encuentro que la mochila sigue aferrada a mi espalda.
Son esos mis mayores momentos de desesperación, porque mi espalda sigue sumando más pasado, pasado inconexo con espíritu.
Empiezo a aborrecer a todos. A las palabras costumbristas. Al vacio del corazón. A la falta de apego con la vida.
Me enferman los miedos estúpidos, la indecisión y la duda.
Pero espero, si bien aumentando aquel peso, espero. Sentado en el cordón, dibujando en la tierra con un palo, mirando la gente pasar, espero. Espero ese momento en que la vida se abra, pueda enderezarme, decir gracias y adiós.

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