miércoles, 16 de abril de 2014

336 Horas

Han sido dos semanas en la que no he dejado de sentir la necesidad de tocarte, de sentir el roce de tu piel, el goce de mis labios en tu cuerpo. A veces se siente como un impulso que no puedo controlar, y otras veces parece una simple verdad.
Supongo que es lógico que el abandono que pude haber sentido de chico tenga algún tipo de influencia sobre mis relaciones anteriores, pero en ésta, puedo notar que es algo mucho más profundo.
En la vida uno va forjando sus valores, sus creencias, su fé; como así también crea el ideal de la persona con la cual quiere pasar su vida (si es que, en primer lugar, desea pasar su vida acompañado).
Mi caso no es distinto al de la mayoría del mundo; no soy excepcional, mi vida no es un ejemplo y no creo que cambie el mundo ni mi aporte sea significativo masivamente. Pero si creo que puedo ser excepcional para alguien, ejemplo en algún ambito, pero por sobretodo, creo que puedo ser significativo para alguien.
He entendido también, que la persona ideal, no es aquella que te enamora en el primer instante, ni aquella que te da comodidad; sino aquella persona que despierta tu admiración. Es importante también, que no sea una admiración desmedida ya que sino estaríamos hablando (aunque lejos esté de enteder el universo de la psicólogía) de algún tipo de obsesión. Creo que lo que define realmente a una "media naranja" (con perdón del uso de una analogía que más erronea no podría ser) es esa persona por la cual, realmente querés ser mejor; aquella persona que te inspire todos los días a desear ser un faro, un camino, una guía en la vida. Si, una tarea que parece difícil, no porque no haya personas como uno, sino por lo que cuesta saber quien es uno. Uno no es sus acciones, porque siempre se tiene la posibilidad de cambiar. Uno no es lo que quiere ser, porque no siempre se llega al destino deseado. Uno no es lo que los demás creen de uno, o quieren que sean, porque nadie tiene la capacidad de ver el cuadro completo. Uno no es nada de eso, y es todo eso junto. La gran variable, es que en la vida todo es variable, nada es estable ni permanente.
Es por eso, que han sido dos semanas de reflexión, de sufrimiento, de inestabilidad; pero si todo eso me devuelve a vos, agradezco la reflexión, agradezo el sufrimiento y la inestabilidad, pero por sobretodo, agradezco haberme puesto al filo de la navaja, donde a veces sale lo mejor de cada uno.

domingo, 6 de abril de 2014

El miedo

El miedo suele actuar como un dique, seca tus ideas, solo deja fluir unas cuantas como para que parezca que todo es normal. La estructura que viene a romper con el miedo, es el pánico.
Cuando el pánico se apodera de las decisiones, lo mejor que te puede pasar es caer en cuenta del daño que te estás haciendo. Inevitablemente, cuando tomas decisiones con un trasfondo en el cual el miedo opera, herías a quien menos querés herir; probablemente dejes de ser vos para convertirte en una madeja de acciones que nada tienen que ver con quien querés ser. Es de esperar que esto continúe hasta el simple momento en que puedas aceptar la realidad.
Parecen simples pasos una vez volcados en el papel, pero cuando es tu piel la que se agrieta, uno entiende el poder del miedo, y la profundidad en la que puede establecerse.
Su poder reside, sobretodo, en que te puede crear una realidad exactamente opuesta a la que estas viviendo; puede hacerte creer que tus acciones sos vos, y que lo que sucede alrededor no es tu culpa; es por eso que al aceptar la realidad, el gran cambio se produce en que uno entiende que estuvo cometiendo errores, que no estuvo siendo quien deseaba, sino una imagen borrosa de lo que creemos que los demás pueden esperar. Al tomar las riendas de tus decisiones, aquel dique termina por colapsar, nuevamente el agua fluye y ahora sí, el río podrá correr por donde más desee.