jueves, 29 de enero de 2009

Más loco que un alfiler

Encerrado tras, como suele suceder en estas historias, muros invisibles. Sus sueños se encontraban archivados, mezclados y empolvados por el paso del tiempo.
Poco a poco el gris lo iba consumiendo.
Recuerdo que era analítico y observador. Desde chico se podía ver, como a cada pequeño suceso le exprimía el jugo de la meditación.
Pero los reveses de la vida lo habían cambiado. Los sacudones hicieron que, despacio, fuera construyendo bases. Bases sobre las cuales se construiría su propia cárcel.
Es así de magro el culturalismo que sufría. Y es normal, claro que sí.
Lo que no era normal, era verlo encerrado, sin rumbo. Atrapado entre su insistencia enfermiza de analizar, y su instinto de supervivencia en un mundo que no permite varias acepciones para una sola pregunta.
Hasta el día en que se encontró un alfiler.

Recuerdo la emoción de su voz, esa calurosa noche que me llamó. Estaba acostado en mi cama, mirando un capitulo de "Lost", cuando comienza a sonar mi celular.
- ¡Lolo!, ¡no sabes lo que me pasó! Estaba caminando a mi casa, recién, y me encontré un alfiler!
- ¿¡Y eso que tiene que ver boludo!?
- Bobo ¿no te acordás que te conté el viernes?
- Imposible, me conoces desde hace bastante!
- Si, ya se que sos un colgado. Bueno ¿te acordás que estaba buscando desde hace un tiempo, una idea para mi libro?
- Ah, sisi
- Bueno, ya está, desde que me encontré ese alfiler estoy escribiendo sin parar. ¡Ya llevo cuarenta páginas!
- Pero no entiendo, ¿estas escribiendo sobre un alfiler?
- ¡No paja! No sabia como continuar, y me sentía encerrado como en una burbuja, ¡y voila! ¿Que mejor manera de salir de una burbuja que pinchándola?

Así era él, ¡cada salida tenía!

sábado, 24 de enero de 2009

As long as there's a bed beneath the stars that shine

Que casualidad.
Extraña casualidad.
Aunque en Quanto, la casualidad no existía, porque la perfección era ley. Y ley natural.
Este país, era un reloj Suizo. Solo de vez en cuando, cada muchos años, la perfección se veía interrumpida. Un principe, de entre cinco hermanos, nacía con una mancha, signo de maldad. Hecho que constituía delito natural, y que merecía pena capital, haciendo de este país, otra vez, un lugar perfecto.
Pero como siempre, en toda fabula, esta era la excepción:

Quanto, se encontraba revolucionada por el cercano nacimiento del 5 varón, hijo de los reyes del país. Acorde a años de repetitiva historia, debería nacer el marcado por la bestia. Blanco de todo el odio del país.
Y así fue, como marcaba la historia, que el 15 de junio, nació.
Pero para sorpresa de cada habitante de Quanto, no tenía marca alguna.
Era perfecto. Como sus cuatro hermanos. Y como todos los habitantes. Pero la diferencia se encontraba en que su marca sería cambiar el destino del país. Romper la perfección y dotar a cada habitante de vida...
Así fue, como una vez mas, la vida fue vida. Y la imperfección hizo de esta, un oasis de perfección.

jueves, 15 de enero de 2009

13

Un poco salpica, un poco duele. Pero es necesario. ¿Cuando uno esta atrapado contra la pared que mas podes hacer?
Como cuando al niño se le dice que no toque que se va a quemar. Y el niño toca. Porque lamentablemente, como es común, tenemos que aprender de la experiencia. Es la naturaleza del humano. La triste naturaleza. Tan sabia, y tan inocente a la vez. Perfecta analogía de vos.
Entendé por favor, que esta es una maldita época, que ataca con toda su furia, y me arricona. Despacito, como ave de rapiña, sobrevuela la zona. De a poco deciende, hasta tocar el fondo. Y como tal, vuelve a renacer. Remonta, aletea desesperada, dejando atras en su estela, toda la furia del pasado. Y vuelve a ser la sabia naturaleza que demuestra todo su esplendor.
Puede sonar un poco descolocado, como palabras atadas a la fuerza. Pero creeme que es la explicación mas personalizada que puedo hacer de, repito, esta maldita época para mi. Donde no recuerdo haberme quemado. Pero lo siento. Como si hubiera sido en otra vida.
Esta maldita epoca. Donde la incertidumbre me arrincona y me odia.
Por eso te pido: por favor entendé, y salí, como tarde o temprano vas a hacer.

miércoles, 14 de enero de 2009

Triste canción, para quien nunca supo ser

Se encontraba solo, en el medio del bosque. Algo mas en su vida se había perdido y creía ser él. Pero en lo profundo sabía que era el mundo, que vivía equivocado.
No entendía la soberbia, no la soportaba y en su presencia sentía que la vida se reducía a cenizas.
Se había perdido, sentado en una piedra, en el desierto. Sus desatinos eran errores del mundo, que giraba al revés, y dejaba de ser él para reconocer, que probablemente, estaba perdido. Pero no. Reitero, era la tristeza que lo embargaba, que le había ganado, que supo magra como trago de vaso equivocado. Extrañaba el éxtasis que cierto elixir le había brindado.
Lloraba el naufrago, en el mar de ilusiones. Ahogado en recuerdos, se sentía muñeco voodoo. Aquellos eran los alfileres, que picaban donde la nostalgia abundaba. La memoria era la villana de la película, mientras en el espacio flotaba perdido el hombre, alejado de toda razón, toda vida...

Era su eterna soledad la que creaba submundos en la que el protagonista vivía en un tiempo cíclico, burlón, que no respetaba agujas.
Triste historia la del pobre hombre, ciego de alma.
Triste canción, para quien núnca supo ser.