
Centrado en el objetivo, dejando resbalar manos muertas, que poco desvían mi mirada y mi pensamiento del camino. Donde la vida me sonríe, donde el sol sale, y las nubes se funden con el río. Donde la perfección simplemente es compañía de las almas solas. Donde la belleza baila a mi lado.
Surgen destinos, solo limitados por los parámetros de nuestra personalidad. Rayos de sol acariciados por el mas sutil aliento. Risas de la mas dulce melodía, compuestas por un maestro que no pensó que el peor delito es tentar nuestra codicia de poseer sonidos puros, que no necesiten instrumentos para ser concebidos, y solo nuestra eterna atención para poder apreciarlos.
Es increíble lo ciegos que podemos ser, y hermosa la revelación. Tan magnificente como el cielo eterno, la fuerza del relámpago y la magnitud del terremoto que derriba hasta nuestras mas firmes creencias, sentadas en cimientos de ojos cerrados y corazones abiertos.