El eco de tu perfume

Recuerdo esa tarde.
Domingo claro, con el simpático sol de septiembre.
Tenía muchas preocupaciones en la cabeza, pero eso era cosa del día siguiente...
Un hipnótico ritmo de reggae sonaba por allá a lo lejos. Sentía la tranquilidad de ser jóven y el viento de la primavera motivaba a las sonrisas a salir. Todo en mi vida estaba en armonía con ese momento.

Hasta que la única cuenta pendiente de la vida para conmigo llegó con su perfume desbaratador de almas. Fue mi perdición. Solo una fugaz mirada, que duró una eternidad. Tan repentino fue, que no tuve tiempo de esconder mi corazón.
Sentí el sudor en mis manos, una desesperación en el pecho, y un mareo en mi cabeza. Como si mi mundo tal cuál lo conocía hubiera cambiado con solo una inspiración.
Pero ésta no es una historia de amor. Lejos de serlo...
Ese día conocí mi funesto destino.
Como un susurro en medio de la oscuridad, me paralice de miedo y nunca más pude saborear ni una pequeña porción de felicidad.
Lentamente la paranoia se apoderó de mí; corría por mis venas y sentía envenarme de odio.
¿Porque?. Era la pregunta recurrente. Una y otra vez se repetía en mi mente como eco.
¿Porque?...
¿Porque?...
¿Porque?...

Supongo que por una burla del destino encontré la respuesta. Hoy estoy en el infierno, pero acá ya no sufro, porque al menos, acá no recuerdo tu perfume...