martes, 18 de agosto de 2009

Tesoros y miserias II

Soy un mochilero del siglo veintiuno.
Estoy en camino hacia el sur.
Mi auto traqutea por el ripioso camino.
Arboles rodean el paisaje y el fresco viento que entra por la ventanilla acaricia mis pelos. Ese olor puro, ese aroma a vida, me conecta con el mundo.
Invita a la meditación.
Esta vida me enseñó muchas cosas, entre ellas a saber encontrar la felicidad, pero me quito muchos años, viviendo confundido, entre cables y campos de cemento.

Alejo mis pensamientos, y entro en mi destino.
Los perros salen a recibirme, con esa humildad que solo un perro puede tener.
Inspiro hondo y mi pulso se relaja.
Me siento a esperar y es mi cabeza la que traquetea.
Buscamos ser libres, pero nos aferramos a todo lo que este a nuestro alcance, pensando así librarnos de la muerte también. Maltratamos a quien nos da vida, a quien nos ayuda, a nuestro mejor amigo, y todo por querer permanecer.
La cortina se mueve y es traspasada por una regordeta señora, pero de indudable buena salud, y aspecto amable, apacible.
Me sonríe y me invita a entrar y sentarme.
Me dice que ya vuelve y sale por una desvencijada puerta.
No puedo evitar que mi cerebro vuelva a girar.
Mi vida estuvo plagada de materialidades, y no podría contar esto si no fuera por el cariño que siempre me rodeo.
Logré mucho de lo que me propuse pero eran solo vanalidades.
En ese camino, mayormente me encontré con dolores, odios, egoísmo; todas creaciones del hombre y su ambición de poder. Pero el amor, el cariño, me mantuvo en pie.

Me indica la puerta mientras me dice que puedo pasar la noche en su casa.
Sonrio ampliamente mientras agradezco efusivamente.
Y es el brillo en sus sabio mirar, que me indica que encontré una madre mas, una hermana mas, un hogar mas.
Un fugaz pensamiento cruza por mi mente.
Detras de cada sonrisa sincera habita mi Dios

1 comentario:

Ceci Fernandez dijo...

Buscamos ser libres, pero nos aferramos a todo lo que este a nuestro alcance, pensando así librarnos de la muerte también. Maltratamos a quien nos da vida, a quien nos ayuda, a nuestro mejor amigo, y todo por querer permanecer

Excelente esta frase. Es desde mi punto de vista, o sea lo que yo sentí al leer el texto, la frase que engloba la idea general...
Aquellas Miserias y tesoros que nos hacen a cada uno lo que somos pero que a la vez nos vuelven tan terrenales...

Bueno es lo que yo sentí...
Me gustó...

Cariños